jueves, 24 de enero de 2019



JONAS MEKAS
(1922 - 2019)




Fue crítico, fundador y redactor de la revista neoyorkina film culture, además de granjero urbanita y flanneur redomado. Junto al valiente productor Lewis Allen, en 1960 lideró el colectivo New America Cinema Group (Morris Engel, Lionel Rogosin, Gregory Markopoulos...) de fuerte corte vanguardista, enemiga de toda industria hollywodiense y convención presupuesta. A pesar de sus intermitentes inicios, el cine de Mekas mostró en seguida una nueva personalidad inédita en la historia del cine: un lenguaje ingobernable y poemático lleno de aforismos, silencios y sucesos inevitables. La inestabilidad de su mirada tal vez se deba al mundo que le tocó vivir y a su origen lituano, hecho exótico en aquellos primeros años de modernidad fílmica de la isla de Manhattan. Jonas emigró con su hermano Adolfas en 1950. Ambos fueron fervientes apasionados del cine experimental y catalizadores del mismo a través de su revista y su organización. En torno a sus iniciativas, se unieron muchos cineastas marginales de la época que luego se revelarían como verdaderos artistas. Además Jonas, en sus escritos, dio cabida a reseñas sobre films olvidados o censurados, films diminutos y raros, amateurs, heterodoxos e inclasificables. La promesa original y artística del cine encontró en él a su Papa Supremo. Fue una especie de André Bretón pero de hierba y callejón, de pura poesía, pero no de metáfora juguetona. Su punto de partida se basaba en que la naturaleza del cine es de una libertad ilimitada, tan inabarcable como las formas de la realidad posible, como el árbol mental de un excelso ajedrecista paranoico... él, junto a unos cuantos amigos (Stanley Brakhage, Jack Smith, Larry Jordan o Ken Jacobs) fue por ejemplo, de los primeros en admirar las extrañas películas de Joseph Cornell, y por eso el underground, por eso la afición a perseguir ratas por las calles, pues su ojo dadá detectaba ese submundo que florecía bajo la ionosfera del salvaje capital. Todos los referentes de Mekas provienen de los años 20' (Deren, Ritcher) y es obvio que uno de sus canónicos modelos fue Vertov y su obsesión maniática de filmarlo todo o mejor dicho: la obsesión por atrapar la poesía del mundo. Todo está en todo y por eso hay que hacer una película, para mostrarla y mostrarlo, para que no se pierda, aunque sólo sea un suspiro o un sueño, un silbido o un grano de mostaza a punto de caer de la mesa. La cámara se transforma en Mekas en un diario lleno de originales notas y puntos cargados de una especial modernidad e ingenio. Todo ello hace de Mekas un visionario que ve y hace ver, que mira a través de él mismo como médium y que ayuda los demás a proyectar sus experiencias alucinatorias en una pantalla de cine. Ayudó a Warhol o al enigmático "cine de Warhol" a ordenarse y rebautizó viejas animaciones de Max Ernst con el nombre de Heaven and Earth magic feature para que nunca más se perdieran y es que Mekas fue un maestro vagabundo que arrastró todo el cine de las primeras vanguardias hasta la modernidad de los Nuecos Cines, siendo la clave esencial para unir dos extremos que parecían haberse quedado incomunicados. Sus películas fueron la semilla que despertó de nuevo el aliento verdadero de lo kinétiko. El movimiento como posibilidad de forma espiritual volvió a las pantallas, siempre invadidas por la representación figurativa e institucional... se metió en muchos problemas pero vivió como un pastor que filmaba sin parar el mejunje de la vida. Nació en 1922, año mirabilis de la literatura y por tanto, del reino de la imaginación suprema. Los astros le dieron el don del ímpetu de la aventura y él lo tradujo en imágenes, en películas, en versos móviles de colores mezclados con el halo de su quehacer. Hasta el final de su vida fue fiel a sus convicciones y nunca flaqueó en aras del poder; cuando en 1959 adjudicó un premio a Shadows de John Cassavetes como la mejor película del año, no dudó en retirárselo poco después poco después, al cambiar Cassavetes el montaje original del film, con el objeto de hacerlo algo más comercial... Mekas sólo apoyaba lo infrecuente, lo valeroso, lo talentoso, lo artístico, lo salvaje... nunca los arrepentimientos ni los miedos; en esa época Cassavetes no era aún, ni de lejos, el sorprendente director de Husbands (1971) o como no, de la inigualable y poco frecuentada, Love Streams (1983). Desde su ópera prima Guns of the Trees (1961), pasando por The Brig (1964) -con el que ganó el premio al mejor documental en La Mostra de Venecia- se podrían mencionar un puñado de films como Diaries, Notes and sketches (1969), Lost, lost, lost (1976), He stands in desert counting the second of his life (1986), Birth of a Nation (1987) o la fantástica Correspondencia con Jose Luis Guerin (2011), para dar cuenta de la calidad e importancia de la obra de este maestro fallecido el pasado 23 de enero.


A continuación, transcribimos uno de sus textos más conocidos:




Manifiesto contra el centenario del Cine


"Algunos hablan del final de la Historia.

Hay otros que dicen que nos encontramos en los últimos días del Cine.

¡No creáis ni a los uno ni a los otros!

Y la industria del Cine, y los Museos del Cine celebran a lo largo y ancho del mundo el centenario del cine; y hablan de los millones de dólares que sus cines han ingresado; y discuten de sus Hollywoods y de sus estrellas

-pero ninguno hace mención al avantgarde, a los independientes, a NUESTRO CINE. Yo he visto los programas, los catálogos de los museos, y los archivos, y las cinematecas por todo el mundo. Yo se de qué cine están hablando.

Pero quiero aprovechar esta ocasión para decir lo siguiente:

En estos tiempos de la enormidad, de las películas para el gran espectáculo, de producciones de cientos de millones de dólares, quiero tomar la palabra a favor de lo pequeño, de los actos invisibles del espíritu humano, tan sutiles, tan pequeños que mueren en cuanto se les coloca bajo la luz solar.

Quiero brindar por las pequeñas formas cinematográficas, las formas líricas, los poemas, las acuarelas, los ensayos, los bocetos, las postales, los arabescos, las letrillas y las bagatelas, y los pequeños cantos en 8 mm.

En estos tiempos en los que todo el mundo ansía tener éxito y vender, yo quiero brindar por aquellos que sacrifican el éxito social por la búsqueda de lo invisible, de lo personal, cosas que no reportan dinero ni pan, y que tampoco te hacen entrar en la Historia Contemporánea, en la Historia del Arte o en cualquier otra Historia.

Yo apuesto por el arte que hacemos los unos por los otros por amistad, por sí mismo. Yo me planto en mitad de la Autopista de la Información y me río

-porque el batir de las alas de una mariposa sobre una pequeña flor, en alguna parte, basta, yo lo sé, para cambiar a fondo el curso entero de la Historia. El pequeño y dulce traqueteo de una cámara Súper-8 en el sudeste de Manhattan

-y el mundo entero ya no será el mismo.

La verdadera historia del cine es invisible- la historia de amigos que se encuentran

Que hacen lo que aman.

Para nosotros el cine comienza con cada nuevo susurro del proyector.

con cada nuevo susurro de nuestras cámaras,

nuestros corazones

se abrazan

mis amigos!"








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