viernes, 24 de octubre de 2025

OCTUBRE 25






OCTUBRE









Bogus (1996) es una película infantil, versión yanki de El invisible Harvey (1950) de James Stewart, dirigida por Henry Koster, que a su vez se basa en Silvia y el fantasma (1946) de Claude Autant-Lara, la promesa de vanguardia francesa que acabó en en el espectáculo. Aquí el ente imaginario es Gerard Depardieau (en una década brillante con su Cyrano de Bergerac, Helas por moi y Una pura formalidad), el protagonista es el niño del Sexto sentido -lo cuál la establecería como un especie de precuela de la película de Syamalan- y su tía es Whoopi Goldberg, seguramente en su mejor momento (Sister act, Ghost, Al caer la noche). La película tiene un toque inquietante por la presencia monstruosa de una presencia francesa (casi de clochard, de mosquetero, de poeta maldito) en medio de un film comercial del mítico Norman Jewinson, autor de éxitos erráticos como Hechizo de luna (1987) o El caso de Thomas Crown (1969).
 



Aunque donde brilla Depardieau es en -quizás su película más secreta y original- El camión de Marguerite Duras, un experimento conceptual de una modernidad tan exagerada que se coloca más allá de todos los géneros y todas las listas críticas. En 1977 Duras construye una película legendaria e invisible -fantasmal- basada en la lectura de un guión no rodado, que ella resucita junto a una de las estrellas más fulgurantes del cine de aquella época, un Depardieau de unos 29 años que aparece en escena rendido a la sensibilidad de Duras, a sus palabras, casi hechizado por una bruja del cine como no volvió a existir otra. Duras, la gran hechicera, conjura con El camión un artefacto cinematográfico de lo más sutil, de una elegancia abrumadora, de una inteligencia emocional fuera de serie. Como siempre, el factor lírico, la evocación de imágenes, la coquetería y el erotismo son los protagonistas de una cinta única, apta para un nivel de cinefilia muy avanzado, para corazones de mente liberada.

Para amantes del mundo de lo imaginario. 

Una cucada de la Duras, una de sus mejores películas.



Duras habla del fin del mundo y el siglo XXI se ha encargado en monopolizar la ficción con esta idea apocalíptica. Muy lejos de la directora francesa, El libro de Eli (2010) propone una distopía donde los libros no existen y la humanidad se ha hundido en la miseria de la barbarie. Como muchos films de este género, esconde una crítica de la sociedad actual, de nuestro devenir y lanza un mensaje negativo sobre el futuro. Muy siglo XXI con un Denzel Whasington que interpreta incorrectamente a un personaje con truco.





 
Otro truco es la película On the Line (2022) de un Mel Gibson en sus horas más bajas, realizando una película de falsa comedia -versión sucedánea de la gran película de Oliver Stone, Talk Radio (1988)-, llena de frivolidades y un giro final bastante gratuito. Una broma de mal gusto llena de vaciedad.
 


 
Michael Keaton tampoco triunfa demasiado en Pisa a fondo (1986), una película de Ron Howard -muy ambigua- sobre la relación de Japón y EEUU, metáfora de la crisis de la industria de coches acaecida en aquellos años en tierra del tío Sam. Film político, falsa comedia, con un espídico Keaton, como siempre, en otra dimensión.
 Howard, ya en una de sus primeras películas, exhibe su doble moral camuflada en un historia de buenos sentimientos, mezclados con orgullo obrero.
Muy raro.
 

En otra dimensión -oscura- está  The Dilemma (2011) otra ambigüedad de Howard, donde todos son los malos de alguna manera en un territorio de afectos personales. Una historia antihumanista llena de vulgaridades y estrecheces; Ron Howard, un propagandista d elo malo, experto en aparentar buen rollo.

Un peligro. 





 
De hecho en Llamaradas (1991) Ron Howard lanza otro mensaje confuso en el que alaba y denigra al mismo tiempo, al cuerpo de bomberos de EEUU, conspirando con las ideas más terribles sobre los propios héroes y la provocación de incendios. La destrucción como tema favorito -rentable- de Hollywood es adoptado por Howard como su verdadero leitmotiv: demoler y mentir. Y poner cara de bueno, ¿alguien ha visto la parodia que hace de él mismo en la serie The studio (2025)? Quizás ese Ron Howard se parece más a él mismo de lo que parece pero, como siempre, camuflado por la ficción.
 





Otras películas de incendios como 9/11 (2002) de Oliver Stone -intentando hacer un ensayo mínimal de la devastación (también ambigua) de las torres Gemelas de NY- o Brigada 49 (2004) con un Travolta en modo decadencia total y un Joaquín Phoenix naciendo de las llamas, tratan la heroicidad como imposibilidad ante un mundo en caos, incontrolado.

¿Qué es un héroe en el siglo XXI? 

Sin más. 


 

La heroicidad también se trata en Rush (2013) acerca de la lucha entre James Hunt y Niki Lauda, dos pilotos de F1 con dos estilos de vida muy distintos -el austriaco y el inglés- y donde una vez más Ron Howard vapulea la moral enfrentando el éxito y el amor o la amistad, casi como una justificación del heroísmo sobre todas las cosas.

Película bastante sobrevalorada. 

En Hillbilly, una elegía rural (2020) Ron Howard hace la película sobre una enferma mental que arruina sistemáticamente la vida a su familia: film nervioso lleno de contradicciones, evidente, irresoluble.

El drama por el drama. 

 
En 1999 con Edtv, Howard intentó adelantarse a lo inevitable: la sociedad del espectáculo, la vida expandida del reality show. Lo presenta como una comedia en la que Matthew McConaughey -aún interpretando papeles de lover- frivoliza un mundo perverso que acabará consumiendo la memoria, la experiencia, el fin.
 
El mundo de los medios como un prostíbulo al que Howard le guiña un ojo.
Para más inri, El show de Truman se estrenó un año antes... 
¿Qué intenta Howard, una simulación del éxito para tener un éxito de segunda? 
 
Plagio: el arte de Ron Howard 
 



 
Ahora bien, en 2022 hace Trece vidas, un film hiperrealista en la linea de Llamaradas pero con final feliz. Un film casi imposible filmado de una manera austera, casi vulgar, que resulta ser su mejor film. Un rescate imposible filmado por un ojo de dios.
 
Película destacable. 
 



 

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