miércoles, 2 de enero de 2013









MAIDSTONE (1970)
o hagamos la fiesta de una puta vez



Norman Mailer




Somos una edad cáustica decidida a encontrar al Señor o al Diablo 
antes de estar hechos, y el ineludible filón de la autenticidad 
es nuestra única llave para la cerradura.








Norman Mailer dice:



Hacer un film es un ataque de un comando contra la naturaleza de la realidad
El film es una presencia. 
Hacer un film es realizar una acción existencialista.
Un film es un lugar donde algo tiene que suceder sin la menor duda, aunque nadie lo sospeche -incluso el director.
El director debe pensar en él mismo como pensaría el film en sí mismo.
El film es necesario para proporcionar una sensación de la desconcertante superficie de la realidad.
El film debe provocar una incomodidad sensorial, o sea, una revelación estética.
Tu film no debe recordar a otro film.
El film en sí mismo, debe contener algo que trascienda el vacío.
El film debe mostrar una vida mágica.
Se da por sentado que las películas están para contar una historia, pero esto es una falacia.
Un film debería ser un río que fluye y nos emociona al verlo.
El director del film no cede, él es un foco de deseo para el que hay que trabajar.
Hay algo siniestro acerca del cine. El cine es un fenómeno cuya semejanza con la muerte ha sido ignorada durante demasiado tiempo.
El film habla a las islas perdidas de la mente.
El film existe dentro del que lo hace, como la memoria y el sueño.
El film es algo perteneciente a otro mundo, más espectral que la mera representación; es una existencia que vive igual que cualquier otra.
El film siempre habla de la ambigüedad de la muerte.
El film debe hallarse en un lugar que nadie puede nombrar.
En un film nunca se puede saber con exactitud lo que va a ocurrir, por eso hay que anticiparse y experimentar para así probar los efectos del azar de la mirada.
Al filmar hay que crear un lenguaje que vaya construyendo la realidad que inventamos.
El film debe acabar viviendo en la mente.
En el film no existe otro tiempo que el orden de progresión.
Uno puede hacer cualquier cosa en un film, si es capaz.
La poesía es la causa primera del film, pues siempre hay belleza que contemplar y ahí está el misterio.
Un film es un film y el arte es el arte, pero nunca se pueden confundir con la terapia y la autoexpresión; hay que limitar las escenas para que la improvisación no se convierta en purga.
Es importante que las tramas no acaben de formarse totalmente, pues finalmente se parecen a nosotros, atravesando nuestras vidas, dejando casi todo incompleto.
Un film debe ser un acontecimiento de mil acontecimientos.


Extraído de Un curso de realización cinematográfica 
de Norman Mailer










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