lunes, 24 de septiembre de 2012





EMBRACING
-Ni tsutsumarete-
(1992)

Naomi Kawase




1- La potencia que irradian todos los infraleves que la joven Kawase reúne en su peculiar retorno a las estrellas, es de una magnitud insospechada. Este, que fue su primer trabajo como cineasta, habla de una sensibilidad y de una sensibilidad que habla.
La dimensión de la película, al igual que sus elementos básicos, es enormemente pequeña, dejando a un lado al mundo, se centra en los recuerdos o lo que se cuenta sobre ellos, para reconstruir una imagen de su pasado que sólo se consuela tomando contacto con lo invisible.
Kawase es un espíritu limpio que llena de luz la pantalla con las imágenes que filma, con su suave voz, con su ritmo natural, con sus autorretratos; su film parece un pequeño manantial, de esos escondidos entre la hierba, ante los que hay que agacharse mucho, para poder probarlo.


2 - Naomi Kawase se mira al espejo porque intenta reconocerse en una gota de agua, intenta filmarse para saber cuál es su identidad, cuál es la forma en la que se ha convertido. Somos átomos muy especiales, pues además de hacer todo lo que los átomos hacen, hacemos una cosa muy diferente: nos detenemos para observarnos, para perdernos dentro de nosotros mismos. Naomi Kawase se observa concentrando el mundo, reduciendo el pensamiento a su imagen para comprender quién es y qué hace aquí. El autorretrato como forma de conocimiento se propaga como la luz en su cine; deja a las cosas en libertad y se desnuda de par en par, abriéndonos los secretos de una joven de 25 años que sin quererlo, con esta diminuta película, se hizo cineasta.











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