viernes, 27 de abril de 2012



AMERICAN MOVIE 
(1999)

Chris Smith





La verdadera historia del cine es invisible-
 la historia de amigos que se encuentran,
que hacen lo que aman.

Jonas Mekas 


¿Son todas las películas ficciones? ¿Qué hay de verdadero en lo falso? Cojamos algo sencillo y elijamos una breve acción donde las cosas se muevan, ¿qué es lo que aparece? Veamos: parece una representación de nuestros deseos, sin saber que son nuestros, porque realmente, nunca los habíamos visto antes, de forma tan clara. Bien. Ahora inventemos unos elementos que parezcan reales, que vean la tele, que conduzcan un coche, que tengan hijos, que se visiten unos a otros. Así tendremos ya un movimiento y una relación de acciones que nos dará otra cosa. Bien. Ahora, dejemos al conjunto hablar, quedarse dormido, desesperarse. Bien, miremos atrás, ¿en qué punto hemos perdido el control? ¿en qué momento todo ha empezado a funcionar por sí mismo, a hablar sin control? Nuestros deseos están ahí, pero nos hemos dado cuenta que ellos también son falsos o al menos no son lo que siempre creímos, y sentimos por primera vez que alguien nos ha traicionado sin saberlo y sentimos que las películas se han transformado en una especie de William Wilson, la historia de la sombra y su dueño, la clásica historia del doble; un cuento de terror. ¿Dónde nace nuestro doble?¿qué son las películas exactamente, cuando las llenamos de una representación sui géneris de nuestra propia existencia? ¿quién existe finalmente? ¿quién sobrevive? Porque ahí está todo, lo que queremos hacer, lo que queremos ser, lo que no fuimos, nuestra idea del futuro y del pasado. Y entonces cogemos todo esto y hacemos una película, en la que aparecemos tal y como somos, tal y como nos hemos imaginado, llenos de ideas sobre lo falsa que es la realidad, sobre lo falsas que son las películas que siempre hemos visto y nos empeñamos en hacer creer que esto, lo que podemos hacer con lo poco que tenemos, es la realidad, somos nosotros y entonces, creemos que hemos vencido a nuestra propia sombra, la que siempre nos molestaba y de repente, recordamos algo que no encaja: el hecho de que nunca hemos leído ese relato de Poe, ese cuento de miedo que habla sobre la existencia de la amenaza del doble, en el que William Wilson cree haber acabado con su sombra, cuando lo que realmente ha hecho, es suicidarse.



Permitan que, por el momento, me presente como William Wilson. La página inmaculada que tengo ante mí no debe mancharse con mi verdadero nombre. Éste ya ha sido el exagerado objeto del desprecio, horror y odio de mi estirpe. ¿Los vientos indignados, no han esparcido su incomparable infamia por las regiones más distantes del globo? ¡Oh, paria, el más abandonado de todos los parias! ¿No estás definitivamente muerto para la tierra? ¿No estás muerto para sus honores, para sus flores, para sus doradas ambiciones? Y una nube densa, lúgubre, limitada, ¿no cuelga eternamente entre tus esperanzas y el cielo?

William Wilson
E.A.Poe



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