miércoles, 19 de septiembre de 2012





THE LADY VANISHES, 1948 / 
THE 39 STEPS, 1938 / 
ROPE, 1935 / 

Alfred Hitchcock





Decía Hitchcock que en la mayoría de los films hay muy poco cine y puede ser que por esta razón soliera llenar los suyos del máximo cine posible. No siempre lo conseguía, pero intentaba que hubiera, al menos, un poco en cada una de sus obras.
Las películas del director inglés son canales a través de los que discurre el cine, vasos comunicantes por donde van corriendo -secretamente- imágenes repetidas, volcadas de una a otra. Si creáramos una ecuación con la forma del cine hitchcockiano habría que elevarla a n, siendo n el numero de veces que se repetiría sobre sí misma, sobre sus elementos mas básicos, disimulados en la cotidianidad.
A pesar de todo lo que se ha escrito sobre su cine, su obra ha sido muy mal vista y me refiero a que no se ha entendido su naturaleza mágica y absurda, la que ha logrado que hoy sus filmes, sean modernos para siempre (y no el suspense, ni el misterio, ni la intriga).
Sus aventuras se retroalimentan en una especie de mundo posible donde las cosas aparecen para revelarnos las intenciones ocultas de los acontecimientos; una soga, una secta secreta, una pareja de desconocidos, un tren, un asesinato, un cajón mágico, un mago, una escalera, una persecución. Siempre parece que hay algo que resolver en un peculiar puzzle que guarda otras sorpresas, que vive a partir de un ritmo propio, que respira sin tiempo y que va contagiando a cada una de sus obras, como si todas las películas de Hitchcock fueran episodios de un mundo cerrado con leyes innatas que sólo son posibles allí, en esa caja rusa sin límite.
La acción que aparece en sus películas es de naturaleza mental, o sea, no es explícita y pasa por la imaginación – simultáneamente- de sus protagonistas y sus espectadores. Todo lo que Hitchcock muestra, es un motivo para imaginar, una oportunidad de relato, de sentimiento; una puerta abierta a la emoción. 
Por ejemplo, en The Lady Vanishes, existe una escena en la que un mago desaparece en un baúl idéntico al que aparece una década después en The rope y en esta película -evidentemente- aparece una soga -que finalmente es la clave-, una soga que ya aparece en The Lady Vanishes y con la que, la pareja protagonista, intenta acabar con el mago del baúl, a quien, por otro lado, intentan doblegar a la vez, al igual que ocurre en la famosa secuencia de Torn Curtain (1966).
Las canalizaciones son constantes, como si toda su obra fuera un juego sin término donde todo se transforma y cambia de sitio para mezclarse y convertirse en el siguiente cuento, en la siguiente ficción; una ficción elevada al infinito.
Su pecado siempre fue el publico, su vicio fue el cine. Hitchcock se preguntaba constantemente, ¿esto podrá ser una película?, y después reflexionaba, ¿aquí puedo meter algo de cine?






martes, 4 de septiembre de 2012





THE TROUBLE WITH HARRY (1955)
BLUE VELVET (1986)

David Lynch
Alfred Hitchcock




¿Qué es lo que hemos encontrado? ¿a qué se parece lo desconocido? Los sonidos del bosque nos acercan a nuestros más oscuros secretos, aunque creamos que la luz persiste en eternidad, ¿qué hemos encontrado, qué nos hace preguntarnos el origen de las cosas, el misterio que esconde el mundo en su lenguaje mudo? Existe un silencio del que queremos saber algo sin que nadie pueda convencernos de lo contrario y nos metemos en graves problemas para descubrir algo que sólo nosotros podemos entender de la manera más insólita y casual.
Los cineastas Alfred Hitchcock y David Lynch debían pasear a menudo por los bosques, pues sabían, de alguna manera, que allí intuían el misterio con mayor fuerza. Allí, cada recorrido es una aventura y el peligro se encuentra tan cerca de la violencia, que nadie puede escapar indemne ante la presencia del delirio. Existe un espacio donde nace el cine, un lugar al que mucho después se le llama película, historia, trampa, imagen, que no posee memoria ni a quién parecerse; hay un lugar similar a la existencia pero que no tiene que ver apenas con ella, donde el tiempo y los hombres andan persiguiendo sus deseos, cantando sus canciones favoritas, celebrando la muerte igual que la vida en eterna confusión, empujados por el sinsentido que ante nuestro entendimiento, los sucesos emanan.
¿Qué le pides tú a la vida? ¿de qué pretendes enamorarte? ¿qué te obsesiona? ¿qué es lo que no te deja dormir? Existe un pájaro que canta cuando menos te lo esperas, que te habla de lo que deberás hacer, de la ruta que te llevará al final, a tu desaparición segura; un final que contará las huellas y el valor de éstas, dentro de los senderos oscuros que nadie conoce, pues tu vida, como vida y como intimidad secreta o como espíritu fantasmal, es una tontería sagrada a la que deberíamos hacer caso más menudo; lo prodigioso brilla a nuestro alrededor, sólo hay que seguir sus huellas.
Escucha una canción cuando leas esto, una canción sin término como Blue Velvet y mira por la ventana sin dejar de leer estas palabras que abandonan la memoria para acercarse al inconsciente.  Imagina a aquel que se dispuso a tomar en serio de una vez sus pasos, pues son muy pocos los que se resisten a dejar pasar los días y se disponen a pasear fieles, junto a todo aquello que nos habla de otra forma de existencia, de valor, de presente, desde el otro lado de las cosas. Decía Onetti que lo importante no es el pasado, sino de cuánto presente podemos llenarlo, de cuánta actitud y de cuánta lucha podemos alimentarlo. Somos nosotros y nadie más los que andan por ahí, perdidos sin saber qué hacer con esto a lo que llamamos mundo.
Hitchcock, antes que Lynch, entendió dónde meter las narices para dibujar sus mapas del absurdo y los poderes invisibles de la magia, de esa fantasía milagrosa que nos lleva a la felicidad (como diría Borges: no importa que me juzguen fantástico). Lynch aprendió pronto a estar atento, tal vez gracias a   ser un norteamericano con pinta de inglés aristocrático, pues aprendió mejor que nadie de Hitchcock, que nadie suele poder hablar de lo invisible y que inevitablemente, se hereda un tabú mental hacia la extrañeza de nuestro más oculto universo (a veces miramos al cielo, por la noche y sentimos miedo, un miedo que no sabemos de donde viene. La vida a veces es extraña, tanto que es lo más hermoso que nunca pudimos imaginar, pues nuestras mentes son limitadas, pero la existencia es la única que conoce sus límites).
       Tanto Lynch como Hitchcock disfrazan realidades macabras a partir de mentiras dulces y absurdos prodigiosos, burlándose del realismo e incorporándolo a una estética que envuelve sus obras: piezas altamente subversivas, aparentemente infantiles, inocentes, sencillas, pero d runa magnitud y una profundidad inimaginables. Dejan unos pocos elementos sobre el tablero y los colocan estratégicamente para que nadie se dé cuenta de lo que están haciendo, pues finalmente la ficción está ahí, las películas están ahí y nadie puede evitarlo. La vida es así, la muerte deja un hueco para que pase algo que nos sorprenda, que se nos presente como una respuesta para lo que aún no sabemos preguntar y nos incita a investigar sobre ella, a saber quién es ella verdaderamente, descalza o en bata, ¿qué forma tiene, qué piensa, cómo duerme, de dónde viene, cómo es?
      Nadie nos dará nunca una solución, ni siquiera ese inglés gordo con pinta de norteamericano comedor de hamburguesas que hacía películas imperfectas para convencerse de que nunca habría una salida perfecta, pues sabía que nunca podría viajar al mundo donde habitaban sus películas. Hitchcock hizo un pacto con el diablo del que nadie habla y por eso, en ocasiones, sus personajes finalizan las películas diciendo cosas evidentes, estúpidas, insultando el interés y el entusiasmo del ávido espectador, que por un momento ha creído en la posibilidad de que un film sea perfecto. Lynch vio eso, como cualquiera que observa algo con atención, (vio eso y muchas más cosas que ahora no vienen a cuento) y entendió que el misterio necesitaba ser protegido; encerró al diablo en sus películas para nunca tener que pactar con él. Por eso las películas de Lynch explotan en ciertos momentos, porque el diablo va viajando de un personaje a otro intentando liberarse, pretendiendo ser feliz, sin darse cuenta de que está encerrado en un simulacro de la vida por culpa de un hombre que nunca desvelará sus secretos, un hombre que ha sido libre porque ha descubierto que el cine es silencio y oscuridad, un arma metafísica de conocimiento, de pájaro, de libertad, un microscopio de nuestro miedo y nuestro deseo en este planeta que gira sin que podamos observarlo y que se ilumina sin que podamos evitarlo. Lynch oscurece el cine para encontrar las grietas por donde se escapan esas brillantes presencias que alimentan la vida para darle otro significado o quizás el que verdaderamente tiene (tan diferente que se hace irreconocible), para crear problemas sin solución que nos hacen viajar (como cualquier diablo) de un lado para otro, buscándonos a nosotros mismos sin querer.
En The trouble with Harry, existe un armario que se abre con voluntad propia, en los momentos menos oportunos y que adquiere un significado críptico dentro del film; nunca sabremos qué significa ese armario o si simplemente es una trampa del director inglés que parecía americano para despertar nuestra querida curiosidad, pero lo que sí es cierto es que en Blue Velvet, el armario se llena para siempre de una manera nueva, pues a través de él empezamos a ver, aunque tampoco entendamos nada de lo que acabamos viendo fuera; dos caras de la luna: la oscuridad desde fuera, la oscuridad desde dentro. Parece como si Hitchcock, en su película, hubiese dejado ese armario vacío para que alguien lo llenase, a modo de enigma o de mapa de lo desconocido. No dejo de pensar que esa cicatriz que se abre en la oscuridad de la luz lynchiana, es el canal a través del cuál el cine sigue creciendo, pues a veces me da por imaginar que las películas no existen y que sólo existe una, infinita y total, que se va comunicando de una a otra en forma de ojos comunicantes.














                        

MULHOLLAND DRIVE /
VÉRTIGO: DE ENTRE LOS MUERTOS
(1958 - 2001)

Hitchcock / Lynch




¿En qué quieres creer? ¿En qué puedes creer? La habitación está vacía digna de tí, pero un enigma no para de llamarte y suena la puerta, es alguien que viene a anunciar tu destino en forma de persecución, en forma de obsesión implícita en lo oculto; algo avisa desde la ventana, algo habla en la noche cuando abres los ojos y no se oye nada, alguien viene para hablarte del otro lado. La oscuridad puede llegar a ser la amante más apasionada de tus días, de los que te quedan, para correr aventuras sin saber las reglas, para subir y bajar escaleras tan rápido que por un instante, te mueras y puedas ver, que ciertamente, existe otra cosa, otra lectura de la realidad que la acrecienta, que la hace más hermosa, que trata de nuestra propia historia; un mundo donde nuestros demonios cambian de forma, para transformarse en deseos que no podemos evitar de perseguir, de investigar lo que nuestro corazón nos dice, aunque apenas se sabe qué ocurrirá cuando estés delante del misterio, delante de aquello por lo que has vivido tantos años; la isla del tesoro, donde encontrar lo que habías perdido hace ya tanto tiempo. Muy cerca de ti estás tú, muy cerca de ella, está ella. Nos perseguimos a nosotros mismos sin saber qué estamos haciendo, intentando ser dios, creyendo poder responder a todos los sucesos de la existencia, pero esto es imposible. El hombre utiliza los recuerdos para comprender la realidad, pero los recuerdos se revelan y se transforman un truco de magia donde lo que era, ya no es, donde lo uno acaba siendo lo contrario y donde la razón muere, para dejar paso a la oscuridad donde se pierden los secretos que no se pueden resolver.
A veces, las pesadillas se pierden en la noche.
A veces, el mundo es extraño.


Todo es hermoso, todo es hermoso.
La curiosidad del sentimiento, es superior a la realidad.
La realidad es un juego en el que no todo está dicho.
Existen dos mundos muy cercanos, muy lejanos.
Existes tú y lo que no sabes.
La oscuridad cae en la ciudad y ahora, todo es posible.






PICKPOCKET
(1959)

Robert Bresson






Te apuntan a la cara para decirte las cosas claras pero parece que ni así, siéntelo, siéntelo, entrando en tu corazón, si a eso es a lo que sueles llamar supervivencia. Dentro de nuestra caja mágica suena el tic tac del futuro, nuestro próximo paso esperando a convencernos de que no hay nada más, ¿cómo podremos salir adelante hoy y poder decir mañana? Es todo un reto, la vida, eso, lo que se dice, un desafío, ya lo sé, oigo al otro lado de la pared, ya lo sé, ya lo sé no me lo repitas, ya es suficiente el aguantar esta presencia que quiere matarme... Todo esto lo escuché detrás de una pared que es como la imaginación cuando ésta toma el poder de nuestro pecho y algo nos dice: siéntelo, siéntelo, pero a veces nos desaparecen cosas y no sabemos quién nos las ha quitado, existen monstruos que no duermen y que no quieren más sangre que la que les recorre sus sueños.
No sé si ha quedado claro; empezaré otra vez:
había un hombre (por nadie recordado) que ponía la oreja en la puerta para saber quiénes éramos en realidad y había otro (igualmente olvidado) que nos seguía por la calle, memorizando nuestros movimientos, esquematizándolos, llegando a una síntesis de lo que llamamos pensamiento. Al final es de dos hombres de lo que hablo o tal vez de dos armas aparentemente diferentes, pero realmente hermanas (me refiero a su extrema eficacia) y luego, de una forma u otra, contaban lo que sabían de nosotros sin que apenas se enterara nadie, de una manera extraterrestre, en la que nosotros pasábamos a ser ellos y ellos pasaban a ser otra cosa que volvía a desaparecer.
Hay creadores que invitan a eso, a perderse entre la gente para ver qué pasa, para ver qué pierdes y qué ganas en el trayecto y cuando crees que lo estás haciendo lo mejor posible para comprender las instrucciones, te revelan que ninguna ley es importante si no la has inventado tú, por eso ellos mienten en todo, te cuentan las cosas sólo como ellos las imaginan y no como posiblemente puedan suceder. La única posibilidad son ellos y de qué manera te presentan el pastel. Tú siempre esperas que sea un pastel como los demás, pero nunca adivinas el sabor exacto, porque ese saber de las cosas, de este pastel, no existe. Tanto el escritor, Juan Carlos Onetti como el cineasta Robert Bresson, no existen. No sé muy bien qué quiere decir esto, pero cuando conoces su obra, lo entiendes sin poder explicarlo. Son espías de la mente y el corazón, son los perseguidores de los infraleves más ligeros e invisibles que Duchamp pudo imaginar. Ante sus obras somos extraños, somos los protagonistas del misterio que ellos nos ofrecen; antes no sabíamos de su existencia, pero ahora es imposible dejar de pensar en ello.
Pensar en ello.
A pesar de que a Bresson se le ha etiquetado desde siempre como cineasta cerebral, bajo mi punto de vista, creo que sólo es un poeta con una cámara construyendo su propio reino. De la misma manera, aunque a Onetti se le ha encasillado en el papel de novelista triste y solitario, creo que también es sólo un poeta sobre una cama que escribe novelas. Sus obras dicen susurrando sentimientos, sentimientos que quieren corresponder a otros sentimientos, sentimientos a los que no les importa la trama, los personajes, el paisaje o el tiempo. Todo en ellos está encerrado en un minúsculo mundo muy privado, una vida muy privada llena de una belleza muy especial que los propios protagonistas van construyendo naturalmente, transformando su placer en su forma de vida. Decía Luis Cernuda: ¿quién se toma el trabajo de vivir? ¿de vivir por vivir? ¿de vivir por el gusto de estar vivo y de nada más? y yo ahora digo: tanto las obras de Onetti como las de Bresson son enormes celebraciones de ese sentimiento, del trabajo de vivir y de aquellos que lo hacen, que no pueden hacer nada más que ejecutarlo, pero eso sí, con excelencia; sus obras son un intento de perfecta ejecución de lo invisible, del relato de lo oculto, del secreto, ejecutándolo desde su primera persona, acariciándolo, haciéndolo pasear muy cerca de nosotros, hasta convertirlo en algo digno de la eternidad. Todo es muy pequeño en sus historias; son acciones pequeñas, hombres pequeños, mujeres desaparecidas, son trucos de magia robados a la ilusión sin instrucciones de uso.
      Decía Onetti en Los adioses que su protagonista imaginaba a las personas que espiaba, libres del mundo, como si en su entelequia existiera un paraíso y no una evasión. También dice Onetti en Los adioses: acaso no me veía ni me recordaba y, en un mundo despoblado, en un mundo donde sólo quedaba una cosa para ganar o perder [...] y páginas atrás escribe: habría que inventar otro mundo, otros seres, otros peligros.
      Bresson coloca su punto de referencia en un ladrón, alguien que perfecciona una habilidad casi mágica, casi de baile, para poder sobrevivir. Tiene que entrenar los movimientos más inverosímiles del cuerpo, tiene que vaciar su mente para enamorarse del miedo, para amarlo de tal manera que al final lo pierdes como siempre pasa en el amor. La ligereza del ladrón es extrema, tanto que en un momento piensa: ando sobre el aire con el mundo a mis pies, como si fuese un fantasma que no quiere serlo, que sólo desea el amor. Para leer la película Pickpocket, sólo hay que ver Pickpocket; para ver la novela Los adioses, sólo hay que leer la novela Los adioses. La manera en que se nos cuentan las cosas es extremadamente importante en un mundo en el que las formas se han confundido, en el que la materia deviene mutante (aunque siempre ha sido así) y destruye los géneros y las disciplinas, acercando el sentimiento a un objetivo común de la creación; lo que siempre debió haber sido, pero que nos enseñaron a entender por separado: esto es una cosa, eso es otra cosa. Existe una equidistancia entre obras de naturaleza distinta, que hablan entre sí en silencio para crear una forma de existir que merece la pena ser vivida, incluso a los que se refería Onetti como los que aún podían convencerse de que estaban de paso. 



lunes, 27 de agosto de 2012





THE FURY 
(1978)

       Brian de Palma

    



Todo explota a nuestro alrededor cuando hay algo insistente que nos hace daño. ¿qué te hace daño?, dime, ¿qué quieren de tí? ¿qué buscan?¿por qué te persiguen?
Existe una generación que ha nacido para destruirlo todo, para acabar con la mentira y el poder y dentro llevan mucha furia, una fuerza que les lleva a cualquier sitio a luchar por ellos mismos; ya no hay ideología ni religión ni futuro que defender, hemos comprendido que debemos luchar por nosotros mismos y que la utopía somos nosotros para siempre, una imaginación que corre por las calles con la fuerza de un huracán; una aventura de la mente que se hace real. Ya no vale la política, el dinero, la moral; la tradición ha explotado en nuestras manos y ha liberado su poder dentro de nosotros; nadie nos puede tocar, somos capaces de transformar el futuro. Todos los mundos posibles respiran desesperados, perseguidos, atrapados en nosotros mismos para intentar decirnos algo, para permitir que sigamos siendo libres (o para que lo seamos definitivamente)

Existe una nueva ola que ya no pide una vida mejor, un sueño planificado donde todo acabará en un cómodo silencio muerto y calculado; existe una nueva ola que quiere que todo acabe explotando, con fuerza, con valor, destruyendo todo aquello que nos hace daño para despejar el camino, para olvidarnos de todo lo que no nos ha dejado avanzar hasta ahora y sólo acordarnos del futuro al que hoy se le llama presente.









SÁTANTÁNGO 
(1994)

Bèla Tarr



Una habitación donde reside la traición y el amor, la mentira, una mujer, un amante...
las sombras hablan de su propia sospecha sobre lo que sucederá.



Dos hombres venidos de ultratumba, caminan por el desierto para volver a ver 
la destrucción del mundo. Ellos mismos son lo que sucederá.





Los paseos se hacen interminables en busca del bebedizos mortales. Se entierra el oro porque nadie se fía de nadie; existe un plan del que sólo el mundo conoce su existencia. Se esconden en las esquinas.
Bailan en medio de la noche, bajo la lluvia, pero aún nadie sabe por qué.
Los muertos vienen del otro lado, pero nadie cree en los fantasmas.
Un hombre del más allá viene portando la libertad sin saberlo.




Ella le dice al animal: por favor, muérete para que tenga algo que echar de menos en este mundo, algo por lo que afligirme cuando ya no esté aquí. La niña que ve las sombras se convierte en la asesina de la luz. El animal no puede comprender cómo un ser tan inocente  puede ser la sospecha de las sombras, el sueño eterno.










Ella es el animal que nunca comprendió que no hay salida.
Ella avanza porque sabe hacia dónde va. Tan temprano.
Ahora ella es el animal, pues ella ha matado. Ahora es un espíritu que vaga 
buscando la felicidad.
Los muertos van y vienen a su antojo por este camino de árboles, a través de estas
tierras infinitas que se relamen el silencio.






domingo, 26 de agosto de 2012



BANDA APARTE 
1964

Jean-Luc Godard





No puedes seguir así, no puedes seguir aquí, tenemos que irnos a donde sea para hacer otra cosa y alimentar a las fieras con el oro de los ricos: eat the rich, eat the rich leo en todas las paredes de la ciudad; vamos a ganarnos la vida de la manera más peligrosa, hagamos lo primero que se nos pase por la cabeza; mañana estaremos muertos.
Quiero aventura, quiero aventura y mi cuerpo ya sólo sabe alimentarse de esta emoción de correr con los ojos cerrados esperando que pase algo, por una puta vez en este hermoso lugar donde todos dejan morir a sus deseos. Vamos a ganarnos aquello que se nos dio con la vida, sin saber muy bien qué es, le damos la mano a un desconocido. Es la única vía que he encontrado, es un enorme canal que lleva mi cara; quiero cantar canciones y escribir en la arena nada está perdido aún.                                                
No puedo seguir aquí, por eso deja que sea libre, pues no nací para ser esclavo; la vida no tiene que ver nada con la muerte si la muerte no canta.
Escucha a los pájaros, escúchalos: es la felicidad que no tiene nada que ver con la alegría.
Dale todo a las fieras y corre ligero.
En tu cuerpo reside más valentía que en todo un ejército.
En el margen hay sitio suficiente para llamarse horizonte, infinito, amor, ánimo.
Únete a esto: es de nadie;únete a ellos: van solos sin saber


¡Si volviera el tiempo, el tiempo que fue!

Porque el hombre ha terminado, el hombre
representó ya todos sus papeles.


Poema Sol Y Carne de Arthur Rimbaud





http://youtu.be/1yhvomtTOZQ


lunes, 18 de junio de 2012



SCREEN TEST, REEL [...] 
(1963 - 1966)

Andy Warhol





Silencio, rostro, silencio, rostro, silencio, rostro.

¿Cuánto tiempo has estado observando a alguien? ¿Cuántas veces has mirado una cara como si fuera un paisaje? Warhol nos regala tiempo: tiempo para recorrer las líneas, las formas, los ligeros movimientos, tiempo para reanudar una conexión inevitable con lo vivo, lo palpitante, la respiración, lo patente siendo un fantasma, mirándote a una velocidad imaginaria, imposible de entender; algo que  deja al descubierto las presencias que por un momento, dejan de ser invisibles y se revelan como espacios ocupados por cuerpos que transitan, de alguna manera, en este aquí que desaparece, donde se respira inevitablemente y donde se ocupa un lugar durante un muy breve periodo de tiempo; una experiencia hermosa que nos rodea y atrapa sin excusa.





Sunday morning, praise the dawning
It's just a restless feeling by my side
Early dawning, Sunday morning
It's just the wasted years so close behind
Watch out, the world's behind you
There's always someone around you who will call It's nothing at all
Sunday morning and I'm falling
I've got a feeling I don't want to know
Early dawning, Sunday morning
It's all the streets you crossed, not so long ago
Watch out, the world's behind you
There's always someone around you who will call It's nothing at all
Watch out, the world's behind you
There's always someone around you who will call It's nothing at all
Sunday morning
Sunday morning




Well, I'm beginning to see the light.
Well, I'm beginning to see the light.
Some people work very hard,
but still they never get it right.
Well, I'm beginning to see the light.

I wanna tell all you people, now.
Now, now, baby, I'm beginning to see the light.
Hey, now, baby, I'm beginning to see the light.

Wine in the mornin', and some breakfast at night.
Well, I'm beginning to see the light.



domingo, 10 de junio de 2012





MY GIRL
(1991)

Howard Zieff






Yo de mayor seré acróbata. 
Yo de mayor seré un mago.
Yo de mayor seré violinista.
Yo de mayor seré escritor.




Ya lo he dicho muchas otras veces: en el mundo hay cosas hermosas e inocentes que nadie puede ver, fantasmas que sueñan sobre los árboles todos los movimientos del corazón, hablando de nosotros y de los muchos nosotros que viven dentro. 
La rama, la hoja, el agua, no conocen la muerte y por esa razón son cosas bellas, porque nadie les ha contado que algún día acabarán y por eso realmente, son infinitos, son valientes, son peligrosos; fuegos de la vida que siempre iluminan y alimentan las venas del universo.
Cuando somos niños, vivimos, de mayores sólo sobrevivimos.
¿quién nos ha enseñado a amar? Existen experiencias que nadie puede mostrarte, de las que nadie te puede hablar, realidades que se encuentran con nuestros cuerpos creando choques que revelan algo tan importante, tan esencial, que se convierte en inevitable, sagrado, feliz. 


¿dónde encontraste a la alegría?
mirando un pez muerto en la orilla


Lo más triste de la vida es la desaparición, después sólo queda la búsqueda, los sueños, los días y la lucha por lo que te prometiste cuando aún no sabías qué significaba el amor.
(Cuando un niño muere, el mundo llora, pero no porque haya muerto un niño, sino porque ha muerto un poeta)


A los siete, ya hacía novelas sobre el mundo
 del gran desierto, donde la Libertad robada 
luce: ¡sol, bosque, orillas, sábanas!

Los poetas de siete años,
Arthur Rimbaud





(Sólo te das cuenta del amor, cuando ya lo tienes dentro, inevitable, para siempre)





http://www.youtube.com/watch?v=qkhMr-5Mrvw





lunes, 28 de mayo de 2012




ASYLUM 
(1972)

Peter Robinson








 Tus sueños se funden con el sol,
tus sueños se funden con el sol,
tus sueños se funden con el sol

¿Estás fuera o estás dentro? ¿qué es estar fuera? ¿qué es estar dentro? La mente es ese lugar que no conocemos, que no podemos descifrar pero que se rebela cuando la realidad llega a un límite de irrealidad. A las mentes rebeladas se las medica para adormecerlas, para que paren de gritar las verdades que nadie quiere oír para imaginar todas las pesadillas que nadie cuenta, para inventar todas las vidas que no existen.


(el precio de saber quién eres cuesta un infierno)




En una pequeña casa de Inglaterra, existe una comuna de enfermos mentales que intentan sobrevivir unidos, alejados de las familias y los trabajos y los tratamientos médicos. Todos, recluidos en sus espacios internos, intentan buscar una solución para vivir juntos.



They are playing a game. They are playing at not
playing a game. If I show them I see they are, I
shall break the rules and they will punish me.
I must play their game, of not seeing I see the game.

They are not having fun.
I can’t have fun if they don’t.
If I get them to have fun, then I can have fun with them.
Getting them to have fun, is not fun. It is hard work.
I might get fun out of finding out why they’re not.
I’m not supposed to get fun out of working out why
they’re not.
But there is even some fun in pretending to them I’m not
having fun finding out why they ’re not.

(Knots, R.D. Laing)












domingo, 20 de mayo de 2012




FILM SOCIALISM
E LA NAVE VA
(1983-2010)

godard / fellini

            


el hombre vuelve a la geometría, 
al origen de las cosas


¿qué te gustaría meter en un barco? Loros, agua, olas, canciones, aventuras, amor. Finalmente sólo parece quedar el amor a los amigos y una historia imposible, vivida como si fuera la realidad, acumulando animales con el corazón en la boca, ¿qué representamos en medio del mar, en medio de ese desierto mojado que nos habla de nosotros mismos para siempre?
Las cosas no se acaban nunca y aparecen para hablarnos del pasado y del futuro, o sea, del presente y decirnos la verdad sobre lo que quedaba oculto, envenenado por el dinero, el viento, el mar; pero nunca podremos entender la verdad, no estamos preparados para eso. ¿Entonces para qué estamos aquí? Viajemos, amigo, viajemos.
El dinero fue inventado para que la gente no tuviese que mirarse a los ojos y lo estuviera contando continuamente, y por eso, lo más hermoso está fuera, mucho más allá de la materia, aunque nos hagan creer que en ésta reside el paraíso, y por eso debemos salir fuera para ver a los que no tienen nada, para ver cómo bailan despojados de poder, el poder que no deja dormir a aquellos que se quedan en tierra.
Hay que imaginar un desierto y amar al silencio e intentar ver las cosas a diferentes velocidades, a un ritmo nuevo, con formas hermosas de las que enamorarse, pues si el movimiento es importante, es porque pone en marcha un conocimiento, un saber nuevo, más humano, más arena, más polvo como todos nosotros, más desaparición bella y necesaria para que todo se alimente de todo y las olas sigan pasando y podamos memorizar frases como la vida es bella a pesar de todo, pues las ideas tampoco están hechas para el hombre pues nos hacen creer que no somos igual que un loro, un gato, un burro, una llama, un rinoceronte y nos hacen creer que no tenemos valor para pensar y dejamos de transformar la realidad quedándonos con su parte más pobre, más cutre; escuchad a las olas: las ideas os separan, los sueños os acercan aunque apenas nos podamos ver, ya que la luz se ha ido muy lejos y trabajamos en la oscuridad como murciélagos, haciendo lo que se puede, buscando sangre, pensando:
también atacaré al sol si él lo hace y cosas así, cosas que viajan en un barco lleno de piedras preciosas y animales infernales, de corazones en la boca y voces interiores que nos pertenecen; todo dentro de un barco invadido de sonrisas y absurdos, de comidas, sexo, dioses, mentiras, podredumbre y miseria, de tesoros y vida y cuentos y gente que vive y gente que cuenta, teniendo que elegir, intentando resolver el X + 3 = 1 despojándonos de cualquier poder absoluto (llámalo como quieras), intentando ser una sociedad, no un Estado, no un  poder, sino un sueño doble en el que podemos ser el que vive y el que cuenta, de forma simultánea y finalmente, llevarnos el rinoceronte a casa.





un barco de largo trayecto,
¿quién es el siguiente?





KILLER OF SHEEP 
(1979)

Charles Burnett





A veces la libertad sólo se encuentra entre los escombros y concretamente, en los lugares más abandonados y diminutos, tan invisibles, tan polvo, tan jauría como los átomos; átomos rodeados de basura jugando a ser espíritus.
Las canciones se llenan de cosas verdaderas cuando las canta la soledad intentando sentirse bella, aunque sólo sea una tarde, para ir a bailar; al cantar, las almas se llenan de lo que nadie puede hablar, pero ocurre otra cosa, en estos lugares tan pequeños, tan sin nadie, tan olvidados y es que los paraísos se quedan muy lejos, tanto que sólo parecen quedar los cuerpos de carne y hueso como si fuesen la nada y ni siquiera acariciarlos parece llamar la atención del consuelo.
Sólo las canciones salvan del infierno, porque el silencio de los humildes es el ruido más aterrador, la tormenta más salvaje, sólo las palabras calladas son las cicatrices eternas y son el momento en que los rostros hablan y dejan a un lado todo lo demás, a pesar de que todo lo demás simplemente sea degollar cuellos para no ganarse la vida.




This bitter earth

Well, what fruit it bears
What good is love
Mmmm that no one shares
And if my life is like the dust
Oooh that hides the glow of a rose
What good am I
Heaven only knows

Lord, this bitter earth
Yes, can be so cold
Today you're young
Too soon, you're old
But while a voice within me cries
I'm sure someone may answer my callAnd this bitter earth

Ooooo may not


Oh be so bitter after all







DISTANT VOICES, STILL LIFES
(1988)

Terence Davis


                                                     



Si miras un espejo después de media noche, verás al demonio. Existen creencias, existen formas de vivir a través de la fe en las cosas, en las personas, en los espíritus y a veces esos espíritus cantan canciones del pasado para aliviar el futuro. ¿Quién puede soportar la vida cuándo las ventanas están cerradas? ¿quién puede sonreír cuando ha visto el mal y ese mal tiene la cara de su padre? Entonces cantaremos y cantaremos hasta el fin para que ese terror no nos coja dormidos y beberemos sin pensar, aunque no queramos, para que el porvenir no nos encuentre sobrios del todo y luego fumaremos todo lo que podamos antes de entrar, recordando la letra de la canción de mañana.
Mamá canta una canción en la cocina, eso es algo que perdura, que vuelve como el día.
Sólo en las canciones sobreviven los recuerdos felices o al menos, los recuerdos que no dañan cuando por ser algo, éramos otros y todo era enorme; el mundo debió ser bello, pero ahora, un extraño efecto nos dice que eso nunca ocurrió, nunca nada fue tan feliz como lo recordamos. Terence davis sabe que las canciones eliminan el mal del pasado y que se superponen a la oscuridad de las habitaciones, a los días en silencio, rompiendo los espejos para que no estemos tristes; su cine es un espejo del espacio donde nace el tiempo en toda su amplitud. Davis inventa el espacio como un escenario temporal lleno de grietas por las cuáles se cuelan momentos a los que llamamos memoria, por no llamarlos laberinto. Terence Davis es un director proustiano, afanado en construir un enorme lugar donde todo acontece sin un tiempo preciso, utilizando esa función simultánea del cine tan especial, dilatando las imágenes para romper la linealidad de la vida y de la mente; su cine es fantasmagórico e intrincado, repleto de apariciones y sonidos que van ordenándose para acabar dibujando una existencia concreta. 

Si miras un espejo después de media noche, verás al demonio. Se puede creer en muchas cosas, pero sólo se puede sobrevivir de una: escapando de lo que nos hace daño. Existe algo en la sociedad que se llama familia, venerada por las instituciones y la moral, alabada como la forma estable de supervivencia social, pero, ¿qué protege verdaderamente una familia? ¿la libertad? ¿el amor? ¿la fe? ¿el egoísmo? ¿el demonio? ¿cómo ser libres dentro de una familia? ¿cómo sobrevivir después de mirar un espejo, pasada ya la media noche? ¿Cómo huir si nos intentan enseñar que es imposible? Terence Davis nos muestra una familia como tantas otras, llenas de contradicciones y falsos movimientos. Todos los malos hábitos se juntan con las buenas formas y las apariencias. Davis sabe lo que ocurre y crea una imagen que todos guardamos en secreto; la íntima repugnancia de lo íntimo. 
Andando por la calle, aún puedo oír esas canciones; cantad, cantad, cantad hasta el final, pero los malos secretos de las familias, seguirán ocultos en la oscuridad, hasta que las canciones dejen de cantar mentiras que nunca existieron. 





domingo, 6 de mayo de 2012




SALESMAN 
(1968)

Maysles brothers




 ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿qué es lo que pretendes?
 Quiero ser un hombre rico en esta tierra de mierda



Para comenzar, os presentaré: ellos son The Bull, The Gipper, The Rabbit y The Badger, cuatro hombres que saben que no hay nada como la mentira en este mundo, nada tan sugestivo como ella, tan alimenticio, tan supremo, tan básico. Existen modos supervivencia que canalizan este estado del deseo natural y transforman la ficción en un elemento indispensable. Crear esa mentira es una cosa, ser esa mentira es otra. Esta es, sin duda, la diferencia sustancial que separa a las películas de los personajes reales que aparecen en los trabajos de los hermanos Maysles; seres desconectados de la realidad que cantan canciones del pasado, viviendo existencias imposibles, pero finalmente reales, llenas de mentira, una mentira que les ha dominado y que gasta sus días, transformando la tristeza en un oficio.
¿Cuál es la historia más vieja y más conocida del mundo? Seguramente la nuestra, la de te voy a decir lo que necesitas para sobrevivir, pero tendrás que darme algo a cambio. Siempre hay una trampa cuando existe un interés, siempre hay un engaño cuando alguien te vende algo, aunque sea el mismísimo reino de los cielos cayéndose a cachos.Los hermanos Maysles volvieron a Boston para ver a sus antiguos amigos, para filmar cómo vivían muchos años después de conocerlos y les encontraron a todos vendiendo Biblias o lo que es lo mismo, practicando el trabajo más viejo de la Historia: el engaño. 
Todos los rostros que aparecen, son rostros de hombres que han pactado con el diablo más allá de sus intenciones, de sus almas, de su suerte. Todos sus recorridos son trayectos por un infierno muy real, un infierno de casas con jardín a plazos, donde los clientes saben sin duda que van a ser engañados y aún así, son convencidos de que el bien está escrito en unas cuantas hojas que otros escribieron. Los Salesmen hablan a los pobres más pobres y a los inocentes más inocentes, de gastar sus últimos dólares en la necesidad básica de comprar una vieja historia empapelada en oro que nunca van a leer. Los rostros de los Salesmen, son las historias que no nos cuentan en la película, son las palabras que no nos quieren decir porque no pueden, porque este es su lado oscuro, porque ahora son los vendedores del mal, algo así como los jinetes del apocalipsis venidos a menos, habitando una época en la que, en vez de caballos, viajan en cadillacs. Los Salesmen poseen vidas ocultas a sus espaldas, trabajan con nombres inventados que hablan de sus cualidades en cuanto a la mentira, personajes de fábula recorriendo los barrios de la Tierra, con caras de personas corrientes, muy corrientes, que esconden un secreto del que no hablan hasta la noche, cuando se juntan y recuerdan cómo han intentado vender la historia una vez más, un día más.
Muy lejos de las nubes, donde las cosas se mueren, caminan estos jinetes con sus maletas, vendiendo su destino en cada puerta, lejos de sus sueños, lejos de otra vida, la vida de los hombres. Viven en silencio y por las noches se juntan a jugar a póker con el poco dinero de los inocentes, es su trabajo: llamar a las puertas y engañar a cualquiera en el nombre de la eternidad, portando unos rostros que hablan del mal, si verdaderamente el mal existe. Cada día cuentan sus fichas y entre ellas puede estar la tuya y llamarán pronto a tu casa para venderte una cosa, algo así como la historia más vieja y más contada del mundo.